Latif es obligado a hacerse una cirugía plástica y dental, en su camino a convertirse en lo psicológico y físico en el doble perfecto, hasta que la mujer del mismo Uday ocasionara los celos de ególatra hijo del dictador que terminará disparándole y obligando su huida a las regiones kurdas en el norte de Irak, donde es capturado y luego liberado para ser enviado a Australia donde actualmente reside, luego de que su solicitud de residencia en Irlanda fuera rechazada.
Tamahori es un total desconocido para mi, pues no me suena ninguno de sus trabajos y aunque parece una idea interesante y que pudo dar más en otras manos, la verdad es que no tuvo una gran acogida en el Sundance Film Festival, en parte porque su director no se decide por un género específico trivializando el argumento, a pesar de que contaba con el mismo Latif Yahia.
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